jueves, 11 de diciembre de 2008

IDIOTA CERTIFICADO


Hago acto de contricción después de haberme pasado durante unas semanas a la lectura del best seller del año, de la década....Hoy para reconfortarme a mi misma y a todos mis seguidores, Las aventuras del buen soldado Svejk, idiota certificado pero apto para ocupar cargo público. Novela escrita en los primeros años veinte, es premonitoria de muchas cosas.
Tras el asesinato del archiduqueFranz Ferdinand en Sarajevo y el estallido de la primera de las grandes guerras, Svejk se alista en el ejército, pero tras pasar diferentes pruebas, acaba con un certificado de idiota oficial que, sin embargo, no es impedimento para ocupar cargo público.
-Así que nos han matado a Fernando -dijo el ama al señor Švejk que, una vez declarado idiota por la comisión médica militar, había abandonado el servicio y vivía de la venta de perros, unos horribles monstruos híbridos para los cuales inventaba falsas genealogías.
Aparte de aquella ocupación, sufría de reumatismo y en aquel momento preciso se embadurnaba las rodillas con un linimento alcanforado.
-¿De qué Fernando habla, señora Müllerová? -preguntó Švejk sin dejar de masajearse las rodillas-. Yo conozco a dos Fernandos. Uno es criado del droguero , aquel que una vez se untó por equivocación el cabello con pomada, y también conozco a un tal Fernando Kokoška, que recoge mierda de perro. El mundo poco perdería sin ellos.
-Señor mío, ¡se trata del archiduque Fernando, aquel hombre gordo y piadoso!
-¡Virgen santa! -exclamó Švejk-, ¡qué cosas! ¿Y dónde han matado al archiduque?
-En Sarajevo, señor, con un revólver, mientras iba en coche con aquella mujer, la archiduquesa.
-¡Caramba, señora Müllerová! ¡En coche! Claro, un señor como él se puede permitir ese lujo, pero no se imaginaría que un viaje así pudiera acabar mal. ¡Y además en Sarajevo, es decir, en Bosnia, señora Müllerová! Seguramente, habrá sido cosa de los turcos. Nunca les deberíamos haber quitado Bosnia-Herzegovina. Vaya, vaya. Así que el señor archiduque ya reposa en la paz del Señor. ¿Y sufrió mucho?
-El archiduque la diñó en el acto, señor. Ya se sabe, un revólver no es cosa de broma. No hace mucho, en mi barrio, en Nusle, un señor que estaba jugando con un revólver envió al otro barrio a toda su familia, y también al portero, que había ido a ver quién disparaba en el tercer piso.
-Hay revólveres que no disparan por más que uno se afane en ello, señora Müllerová. Hay un montón de sistemas diferentes. Pero para asesinar al archiduque han debido de utilizar un artefacto de los mejores. Me juego lo que quiera a que, además, el hombre que lo ha hecho estaba vestido para la ocasión. Ya se sabe que disparar contra el archiduque es un trabajo difícil. No es como cuando un cazador furtivo dispara contra el guardabosques. Lo que importa es la manera en que te acercas. No puedes ir a ver a un señor así con un traje andrajoso. Hay que llevar sombrero de copa si no quieres que la policía te eche.
No quiero escribir nada más porque en internet seguro que encontráis muchas y mejores referencias sobre la novela, además, ya comenté que escribo desde el trabajo donde hay muchos idiotas igualmente aptos para ocupar cargos públicos. Para los que no puedan leer un libro de setecientas páginas, hay una serie de television que tiene buena pinta y críticas.

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